Siguiendo
Acción realizada en calles de Ibagué
Seguir- me gusta, dar un toque, unos de varios gestos que hacen de Facebook una red social agradable al usuario. Se toma el gesto de -Seguir- y se lleva a la vida cotidiana de forma literal. Es así, que con letreros de seguir, siguiendo, me gusta, dejar de seguir, se sigue a transeúntes desprevenidos.
Seguir sorpresivamente en grupo, en la calle, a personas desencadenó reacciones diversas: unas, se intimidaban y buscaban un lugar donde refugiarse, otras se veían incómodas pero se divertían y buscaban respuestas, otras intentaban ignorar lo que sucedía y seguían su camino entre risas, otras se manifestaron con enfado. Las reacciones también surgieron del público,
espectadores quienes leían en voz alta los letreros, se acercaban a preguntar de qué se trataba, otros reían, otros intentaban responder lo que veían con comentarios relacionados a los letreros.
Seguir a una persona en la calle, es una manifestación inquietante, entre mayor sea el número de personas extrañas siguiendo a una sola, parece ser un gesto amenazante, no se sabe cuál puede ser la reacción del transeúnte, a diferencia de lo que sucede en la red social Facebook, en la que parece no interesar si se conoce la persona que te sigue o a la que sigues y, a más seguidores más popularidad tiene quien se sigue.
El cuerpo en ese espacio de lo real sigue siendo más vulnerable, está expuesto físicamente, ¿es lo anterior un condicionante, a diferencia, de la internet en la que aparentemente no hay contacto físico alguno?